G4 – La guerra de los huesos – 860L – 02
Imagina que estás de excursión en una parte remota de los Estados Unidos. Miras hacia abajo y ves lo que parecen ser huesos incrustados en una roca. Tal vez te preguntes qué serán. Los huesos son demasiado grandes para pertenecer a cualquier criatura que tú conoces. Estos enormes huesos definitivamente no pertenecen a ningún ser vivo de la actualidad. ¿Te suena descabellada esta historia? No debería, porque así es como ocurrió un descubrimiento científico de gran importancia.
Era el año 1877 cuando un maestro de escuela y su amigo salieron de excursión. Arthur Lakes y su amigo HC Beckwith estaban en Como Bluff, cerca de la ciudad de Morrison, Wyoming. Para su sorpresa, notaron lo que parecían ser huesos grandes incrustados en una roca. Los huesos parecían vértebras, pero ¿de qué? Estos huesos eran gigantescos y, tras un examen más detenido, creyeron que los huesos pertenecieron a un reptil muy grande. Los amigos desenterraron los huesos y los enviaron a los principales paleontólogos del mundo. Lo que los amigos no sabían en ese momento era que habían descubierto una de las mejores canteras de fósiles del mundo.