Probando hipótesis _820L_01R

Probar una hipótesis tal vez suene complicado. Explicado de forma sencilla, consiste en hacer una prueba para determinar si hay algo que apoye tu predicción. Puedes pensar en una hipótesis como una regla que los científicos intentan probar. En otras palabras, ¿la respaldan los resultados?

También es importante señalar que los científicos usan los términos respaldar o rechazar para describir el resultado de un experimento. Los científicos nunca deben usar el término comprobar. Una hipótesis también debe poder ponerse a prueba y ser falsable o refutable. Por ahora, debes pensar en cómo convertir una inferencia en una afirmación que pueda ponerse a prueba.

Podrías levantar una pelota a cierta altura y luego soltarla. ¿Cuál sería tu hipótesis sobre lo que hará de la pelota? Por supuesto que esperas, con base en tus experiencias pasadas, que la pelota caiga al suelo. Por lo tanto, tu hipótesis podría ser: “Cuando deje caer la pelota, esta caerá al suelo”. Ahora, después de soltar la pelota de tus manos, la pelota cae al suelo. En este caso, tu observación ha respaldado tu afirmación.

Decir que lo que su acabas de observar comprueba tu afirmación no es adecuado. No has viajado a todos los lugares del universo para probar tu afirmación. Esta amplia declaración sobre la prueba que realizaste es demasiado exagerada. Los científicos se dan cuenta de que no se pueden hacer todas las pruebas para descartar todas las posibilidades. Por su propia naturaleza, las afirmaciones que aseguran comprobar algo están fuera del alcance de la ciencia.

Imagina que sostienes una pelota en tus manos. Si la sueltas, ¿qué predices que pasará? ¿Qué tal si al dejar caer la pelota, ésta sale disparada horizontalmente? Como esperabas que cayera al piso, estarías sorprendido por los resultados. Esta sería una situación en la que la afirmación no estaría respaldada. En este caso, refutarías tu afirmación de que todos los objetos caerán al soltarlos.